Desde ahora, una gruta con la imagen de Mama Antula, Santa argentina y promotora de la imagen de San Cayetano, recordará su misión a los ciudadanos y devotos que transiten por el Mercado de Abasto Córdoba.
La imagen fue colocada este miércoles, en una ceremonia organizada por la Catedra Abierta Mama Antula, de la Universidad Provincial de Córdoba, AM JUR Academia Mundial de Justicia Restaurativa y el Instituto Sor Maria Antonia de Paz y Figueroa.
El espacio en el que fue colocada la gruta fue acondicionado para tal fin por el COYS del Municipalidad de Córdoba, un espacio diseñado para que trabajadores y transeúntes puedan conocer el legado de quien fue declarada santa por el Papa Francisco en 2024.
Estuvieron presentes el vicerrector Daniel Artaza; la representante del Instituto Sor María Antonia de Paz y Figueroa, Inés María Candela; el concejal Marcos Vázquez, representantes de la comunidad del Mercado de Abasto, vecinos y estudiantes.
La entronización, además, recibió el beneplácito del Concejo deliberante de la Ciudad, en manos de Vázquez.
Este evento significó el inicio de jornadas de prácticas restaurativas con 100 niños de 6 años de la institución, consistente en varios encuentros con el ánimo de generar espacios recreativos, de escucha y resolución de conflictos de manera pacífica.
Estás líneas de acción corresponden a las tareas de extensión que tiene como objetivo la cátedra, que es difundir el legado de Mama Antula, a primera mujer argentina en ser canonizada, en 2024, mediante su visibilización en el espacio público y con la búsqueda de construir un mensaje actualizado con las nuevas generaciones.
Quién fue Mama Antula
María Antonia Paz y Figueroa (1730-1799), conocida como Mama Antula, fue la responsable de traer al país la imagen del Patrono del Trabajo y con ella la devoción que él genera desde entonces en los fieles que cada 7 de agosto hacen interminables filas —algunos llegan a acampar durante días—para ingresar al santuario y venerarlo.
Nacida en Santiago del Estero, cuando era joven Mama Antula comenzó a trabajar con los jesuitas, colaborando en particular en la organización de ejercicios espirituales. Había recibido una educación que no era habitual en las mujeres de su época. Cuando la Compañía de Jesús fue expulsada del Virreinato, ella inició un peregrinaje por varias provincias difundiendo los ejercicios ignacianos y finalmente llegó a Buenos Aires donde durante 20 años se dedicó a predicar el mensaje de Cristo.
Al dejar Santiago del Estero, María Antonia nombró a San Cayetano como patrono protector de su empresa evangelizadora por ser el Santo de la Providencia y le encomendó cuidar todas sus tareas.